Siempre he pensado que la
comida china se reducía sobre todo al pollo con bambú y setas
chinas, bolitas de cerdo agridulce, pato a la naranja y rollitos de primavera.
Es curiosa la similitud de las cartas de menús que tienen los restaurantes
chinos en España, que parece que todos pertenecen al mismo dueño… al menos los
camareros siempre son los mismos, ¡eso seguro!
En China, hemos descubierto para nuestra sorpresa, una
comida completamente diferente y muy variada. Lo primero que me gustaría
describiros es la gran cantidad de restaurantes, puestecillos, kioskos,
cantinas… que venden comida. Una de las consignas que se promovieron durante de
la Revolución Cultural es que cocinar era cosa de burgueses, y que había que
comer en la cantina la comida que te pusiesen. Probablemente ese es el motivo
que muchas personas, al no saber cocinar, comen en la calle, de ahí la gran
proliferación de establecimientos de comida.
En cuanto al tipo de
comida, después de 20 días por estas tierras, aún no hemos encontrado el famoso
rollito de primavera, y por supuesto el resto de platos tampoco. La cocina es
muy variada e incluye muchos platos desconocidos para nosotros, el problema es
que al estar la carta en caracteres chinos no hay forma de entenderse a la hora
de pedir, para lo cual nos levantamos y (una vez que ya hemos perdido la
vergüenza) nos ponemos a recorrer las mesas del restaurante señalando aquellos
platos de los que están comiendo los clientes que más nos llaman la atención,
eso sí, antes decimos en voz alta “BU LA” que significa que no pique. Y es que
cuando aquí dicen de echar chile a las comidas, sobre todo en la provincia de
Sichuan, se les va la mano, el brazo hasta el infinito y más allá.
En general la comida es muy
buena, y no tiene mucho que ver con la china que
comemos allí, a excepción de las setas chinas que están por todas partes y
están muy buenas. La comida es salada y algunos platos (por ahora los menos)
tienen salsas dulces que nada tienen en común con la salsa agridulce de color
rojo. Hemos comido carne de ternera, de cerdo y de pollo (o algo que parecía
pollo que no quisimos preguntar). Siempre te la ponen cortadita en tiras o en
pequeños tacos para que puedas asirla con los palillos. También hemos probado
las verduras, sobre todo las berenjenas que están para chuparse los dedos
porque aquí están muy suaves al sabor, y unas verduras riquísimas parecidas a
las espinacas que acostumbran a poner salteadas con ajito. Hemos probado el
pescado negro de río que tenía una buena textura, parecida a la pescadilla,
pero con tantas espinas que más que un almuerzo pareció una prueba de habilidad
de esas de “HUMOL AMALILLO”. Y por supuesto estamos comiendo los noodles
(spaguettis de arroz) que en Asia es el plato estrella y en China los preparan muy buenos, salteados, en sopa, con
verduras, con pollo… etc.
También puedes comer en
Kioskos y puestecillos en la calle, aunque nosotros aún no hemos tenido lo que
hay que tener, pues siempre vemos los recipientes demasiado negros del fuego y
demasiado viejos, con un aceite tan oscuro que apenas se puede ver el fondo de
la sartén. Hemos visto pinchitos de cerdo, de pollo, de cangrejos de mar y
cangrejos de río, de pescado, de salchichas, de tortilla de camarones, de
huevos de codorniz, de pulpo y también de unas verduras irreconocibles. Es
habitual contemplar a la entrada de algunos restaurantes acuarios donde
mantienen a los peces con vida para que te lo comas frescos, o los patos
limpiándose las plumas con un cartel colgándole del cuello, que debe indicar el
precio por kilo, o unas pequeñas y nerviosas jaulas repletas de ranas que
saltan de un lado a otro tratando inútilmente de escapar, otras jaulas con
sapos, serpientes e incluso ratas (muy apreciadas en Fenghuang). Nosotros en
esos casos solemos descartar el restaurante y buscar algún otro que tenga la
mercadería en la cocina, fresquita en el congelador y cumpliendo todas las
normativas europeas. Es simplemente una cuestión de sugestión y de ese modo aprender a saborear los
exquisitos platos de esta tierra, eso sí, “BU LA”.
Pedro Rojano
Pedro Rojano